En Australia, Sídney y Nueva Gales del Sur están experimentando una calidad del aire muy mala, y se han emitido quince alertas sanitarias desde el comienzo de la emergencia por los incendios forestales. Un amplio sistema de vigilancia de la calidad del aire hace un seguimiento de los principales contaminantes, como el ozono, el dióxido de nitrógeno y el monóxido de carbono, junto con las partículas finas como las PM10 y PM2,5, pero la Universidad de Sidney está trabajando para mejorar la tecnología de detección y permiten la detección de partículas en tiempo real y una lectura más precisa.

Los sensores de calidad del aire desempeñan un papel cada vez más importante en Smart City: a medida que los factores naturales y humanos empeoran la contaminación, se necesita información en tiempo real, localizada y precisa sobre la calidad del aire para definir políticas sanitarias adecuadas. El problema es cada vez más grave, incluso en Europa y Estados Unidos. Según un nuevo informe, unos 108 millones de estadounidenses viven en regiones que registraron más de 100 días con una calidad del aire insalubre en 2018. La costa oeste destaca como una de las peores zonas (Riverside, CA, registró el mayor número de días con niveles insalubres de contaminantes), pero la situación también es difícil en Chicago, Dallas-Forth Worth, Houston, Atlanta y Detroit.

Los dispositivos inteligentes del IoT pueden ser beneficiosos para permitir una cuidadosa detección medioambiental, recogiendo datos de campo para alimentar procesos avanzados de análisis y toma de decisiones. En la mayoría de los casos, los sensores de calidad del aire y otros sensores ambientales se montan en postes de alumbrado público inteligentesAprovechar las infraestructuras de alumbrado público existentes o nuevas para conectar e integrar todos los objetos urbanos del IoT. A red única e interoperable es, por tanto, la mejor base posible para cualquier programa de ciudad inteligente con visión de futuro.

Los proyectos de ciudades inteligentes no suelen superar la fase piloto, dicen los expertos del analista empresarial Gartner. Para 2023, prevén que 30% de los proyectos urbanos inteligentes se suspenderán por la incapacidad de la tecnología para hacer frente a la creciente demanda, la preocupación de los residentes por la privacidad y el tratamiento de los datos personales, o el decepcionante retorno de la inversión. Si un gestor municipal busca una forma inteligente de hacer su comunidad más dinámica, segura y habitable, interoperabilidad y apertura deberían ser las palabras clave.