El mundo está perdiendo su cielo nocturno. A nuevo estudio publicado en Science calculó que entre 2011 y 2022, la luminosidad del cielo mundial aumentó alrededor de 9,6% al año. Los investigadores aprovecharon el proyecto científico comunitario Globe at Night y recopilaron datos de más de 50.000 personas de todo el mundo que registraron el número de estrellas que veían en noches claras y oscuras.
El estudio reveló cierta variabilidad de un lugar a otro: Europa registró un aumento de la contaminación lumínica de 6,5% al año, mientras que Norteamérica se enfrentó a un incremento de 10,4%. La media mundial de 9,6% significa el brillo del cielo se duplica aproximadamente cada siete añosy no son buenas noticias.
"El aumento del brillo del cielo es una señal estamos haciendo mal la iluminación. Es una señal de que estamos utilizando la energía de forma ineficiente, malgastando dinero, exacerbando el cambio climático y aumentando el impacto ambiental". declara la Asociación Internacional del Cielo Oscuro (IDA).
Los barrios y calles excesivamente iluminados afectan a la salud humana al provocar posiblemente insomnio y otras enfermedades, pero también tiene efectos negativos sobre animales y plantas, perturbación de la vida silvestreLas migraciones de los pájaros, el florecimiento de las flores y mucho más. Podemos objetar que una mayor iluminación nocturna mejora la seguridad y disuade de la delincuencia, pero tener aparcamientos vacíos y luminosos puede servir de poco.
La verdadera cuestión no es más iluminación en nuestras ciudades, sino más iluminación inteligente. A medida que las farolas se consideran útiles y necesarias, IDA asesora a las ciudades para iluminación exterior responsable siguiendo un principio sencillo: luz donde y cuando la necesites, en la cantidad necesaria, y no más.
"Con reguladores de intensidad, sensores de movimiento y mucho más, existen las herramientas para iluminar nuestras noches de otra manera," escribe el profesor Paul Bogard en el Washington Post. Así es, las tecnologías inteligentes pueden ayudar mucho. Conectando lámparas y controlándolas a distancia, las ciudades pueden definir patrones de iluminación personalizados para distritos y zonas concretas. Las farolas pueden encenderse, apagarse y atenuarse según horarios programados (por ejemplo, estableciendo una combinación por defecto para días laborables y festivos, para zonas residenciales e industriales, etc.), modificándolos siempre que sea necesario para reflejar circunstancias o acontecimientos locales específicos.
Los sensores específicos permiten ajuste del brillo en función de la luz ambiente. Las lámparas también pueden integrarse con sensores de movimiento, contadores de vehículos, sensores de inclinación y otros dispositivos, activando iluminación dinámica basada en la condición detectada. Esto es especialmente útil en zonas de poco tráfico, donde las luces pueden atenuarse aún más sólo cuando no pasa ningún vehículo o peatón.